Los envases de metal para alimentos son versátiles, fuertes y totalmente reciclables y lo han convertido en uno de los envases de conservación de alimentos más populares, le contamos aquí una breve historia.

Se ha utilizado durante siglos para conservar alimentos, bebidas y proteger durante el transporte de forma segura en grandes cantidades y en todos los tamaños.

Los envases metálicos aportan gran valor a los sectores industriales de alimentos, bebidas, salud, belleza y hogar. El camino para producir envases y el transporte de mercancías ha sido largo.

Hace decenas de miles de años los seres humanos no eran comerciantes sino cazadores y recolectores.

En cuanto el comercio empezó a florecer un emprendimiento en particular como los envases se popularizo para una rustica industria: los vinicultores.

Las mejores uvas para vino crecen en ciertos lugares y a mucha gente les gusta el vino. Un vino de borgoña siendo consumido en Constantinopla Alejandría o Egipto, parecía imposible ¿Cómo podrían conseguirlo?

Siglo 19 aparecen los primeros envases de metal para alimentos

El envasado comercial de alimentos en envases metálicos comenzó a principios del siglo XIX, en la década de 1790, por el chef, pastelero francés Nicolás Appert, inventó el método de conservación alimentos estimulado por un premio que ofrecía French Directory’s para la preservación de alimentos.

El premio fue de 12.000 francos y luego de ganarlo después de 14 años de experimentación fue utilizado para establecer la primera fábrica de conservas comercial, The House of Appert, en Massy, ​​que funcionó desde 1812 hasta 1933.

Actualmente se aplica indistintamente el término enlatado, ya sea que el recipiente esté hecho de una hoja fina de aluminio vidrio o plástico.

Los primeros fabricantes de latas fueron herreros adolescentes que elaboraban recipientes de hojalata con habilidad e imaginación en una variedad de tamaños y formas.

La mecanización del proceso de fabricación de latas fue posible gracias al desarrollo de un método denominado Doble Costura que une los extremos al cuerpo de la lata soldada.

Aunque muchos de los procesos de fabricación fundamentales, como la doble costura y el cultivo del cuerpo, se desarrollaron a finales del siglo XIX, la fabricación de latas continúa con tecnologías relacionadas, como la metalurgia y la ingeniería alimentaria, que están creando nuevas aplicaciones para los materiales de envase metálicos.

De todo el mercado mundial estimado de latas metálicas alimenticias, alrededor del 78% corresponde a latas para bebidas y 18% a productos alimentarios procesados.

Un envase tan cotidiano en la vida de las sociedades modernas y que pasa desapercibido, contiene toda una historia que consolida su verdadera utilidad a la hora de transportar alimentos y preservarlos con seguridad.